ALGUNOS ASPECTOS SOBRE LA RELACIÓN ENTRE SEXO Y GÉNERO
El diálogo entre sexo y género ha evolucionado paralelamente a las transformaciones que se han operado históricamente en las relaciones entre varón y mujer. Como es bien conocido, en un primer momento predominó el “modelo de la subordinación” entre los sexos, protagonizado por la figura del patriarcado, en el que existía una identidad plena entre sexo y género. Era el aspecto biológico el que determinaba los roles sociales, los cuales tenían carácter de intransferibles de un sexo a otro. Por ello, atribuyendo a la naturaleza la causa del desempeño de unas funciones determinadas dentro de la sociedad, esta se dividió en dos ámbitos de actuación: el público y el privado.
El varón se dedicó a las
actividades consideradas socialmente importantes o de mayor valor, como la
política, la economía, el desempeño de trabajos remunerados, entre otras. En
contraposición, la mujer asumió la responsabilidad en la educación y la crianza
de los hijos, en las labores domésticas y en las actividades menos valoradas
por la sociedad. también fue nota característica la inferioridad y dependencia
de la mujer con respecto al varón.
Lo anterior generó consecuencias
a nivel social y jurídico. En el transcurso de la historia predominó la
diferencia sin igualdad entre el varón y la mujer, siendo esta última
distanciada de la política y de los derechos a la ciudadanía. Esta situación
afectó no solo al número de derechos de los que gozaba, sino a su misma
condición de sujeto de derecho, debido a que no existía una igualdad ante el
derecho. La subjetividad jurídica de la mujer se mostró vacía de derechos
políticos, por lo cual, su misma condición de persona en sentido jurídico se
vio disminuida.
Posteriormente, en la edad
contemporánea, se desarrolla el “modelo igualitarista” como reacción contra el
modelo de la subordinación. Surgen así los primeros movimientos por los
derechos de la mujer, que aparecen como respuesta a las discriminaciones a las
que se veía sometida la condición femenina. reivindicaron la posibilidad de la
mujer de intervenir en temas educativos, profesionales, jurídicos y políticos.
Exigieron el derecho al voto, el acceso a la educación secundaria y superior,
la posibilidad de desempeñar los mismos trabajos de los varones, la
independencia económica y el control de ingresos y propiedades
Fuente: http://www.scielo.org.co/pdf/dika/v21n2/v21n2a02.pdf
Por otra parte, vivimos en una
sociedad de consumo que ha hecho de la sexualidad un producto más y en la que las
relaciones amorosas y sexuales se banalizan. El consumo compulsivo de la
sexualidad se identifica con la felicidad.
La sexualidad también se utiliza
como reclamo publicitario y se relaciona, sobre todo, con el atractivo físico
de la juventud y con la seducción para buscar el propio placer,
independientemente del placer y bienestar de la otra persona.
En todas las sociedades, las
normas y costumbres relacionadas con la sexualidad tienen que ver con cómo se
entienden:
·
El cuerpo y el placer
·
La finalidad de establecer una relación afectiva
y sexual
Las sociedades humanas, del mismo
modo que cada una de las personas que las integran, están en constante
evolución. En la actualidad, se observa una tendencia a dotar a las personas de
libertad para decidir por sí mismas sobre la forma cómo quieren vivir su
sexualidad. A la moral sexual, la sexualidad banalizada y la utilización de la
sexualidad como instrumento al servicio del consumo, se contrapone otra forma
de entender la sexualidad y las relaciones, basada en los siguientes principios
éticos:
·
Consentimiento
·
Placer y bienestar compartidos
·
Igualdad
·
Honestidad
·
Salud sexual
https://www.youtube.com/watch?v=b8fJr3TfhXQ
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